Huelga decir

Cuando se organiza una huelga por sindicatos que no hacen nada por los trabajadores y sí hacen mucho por recibir subvenciones del Gobierno, cuando se utiliza al funcionariado español como ratas de laboratorio para tomar el pulso a una futura huelga general, cuando la manifestación se lleva a cabo por la mañana  en lugar de por la tarde, después de haber terminado la jornada laboral, cuando los datos oficiales sobre la manifestación basculan entre un 10% y un 75%, cuando miro a mi alrededor … Yo continuo creyendo que  nos quieren tomar el pelo.

Cada uno tiene libre albedrío para seguir, o no, la convocatoria de huelga. Lo cierto  es que ésta no ha alterado demasiado la actividad en las distintas administraciones. Si la manifestación se hubiese realizado por la tarde habría movilizado a muchas más personas. Estoy seguro

Yo, funcionario interino, pienso:  Los sindicatos hacen y deshacen a su antojo, son conniventes con la mayoría de las injusticias que se producen con tal de no perder la subvención de turno; a los sindicalistas liberados no les descuentan un día de trabajo por sumarse a la huelga, a los funcionarios sí.

Continuo pensando… La Administración se ahorrará una pasta gansa si el seguimiento de la huelga es masivo [ por no hablar  del 7% de mi sueldo que a partir del mes próximo se ahorrarán…]; la Junta de Andalucía me congelará el año próximo el sueldo, pero no es capaz de congelar el descrédito en el que hemos caído los docentes implementando leyes que refuercen nuestra autoridad.

Conmigo que no cuenten. Ni para una huelga de funcionarios ni para una huelga general. En tiempos de crisis, hay que trabajar más y manifestarse menos. Trabajar por los derechos fundamentales, por ejemplo. Y si hay que  manifestarse, hagámoslo de verdad: una revolución desde abajo. Pero que no venga ningún sindicato a decirme cuándo tengo que mostrar mi enfado ante la incompetencia de los que me gobiernan, o cuándo tengo que salir a la calle a gritar ‘Basta ya de engañar al pueblo español’. Al final va a tener razón una compañera: los docentes, al igual que los alumnos, también estamos adocenados.

Revolución desde abajo. Ya.