Operación bikini
Posted by J. J. Izquierdo en 16/04/2010
Ver el telediario mientras almuerzas se ha convertido, desde hace tiempo, en una práctica de riesgo. Por ejemplo, puedes vomitar la comida en función del contenido de ciertas imágenes; te puede dar una parada cardiorespiratoria cuando se menciona la desvergüenza de ciertas tramas de corrupción, o te puede explotar la cabeza si oyes que unos grandes almacenes británicos venden bikinis con relleno para niñas de 7 años.
Hace unos días descubrí de la mano de un filósofo el término «pornográfico» desde una perspectiva epocal. En un sentido restringido, pornográfico hace referencia al sexo; en un sentido amplio, deduzco, hace referencia a la obscenidad, al atentado contra el pudor.
Pues bien, utilizaré ‘pornográfico’ [elige tú el sentido que quieras] para referirme a un hecho aparecido hace unos días en un telediario. Mientras almorzaba, oí con estupor que unos grandes almacenes británicos vendían biquinis para niñas con relleno en el sujetador. A lo primero que me remite la noticia es al filme Pequeña Miss Sunshine, y a cuánto daño ha debido hacer esa película en el Reino Unido.
Los bikinis pueden comprarse por la módica cantidad de 4,5 euros. Rápidamente diversas asociaciones de consumidores, además de para la defensa de los niños, según comenta el presentador, piden su retirada del mercado por incitar a la pedofilia.
– Y a la pornografía. Añado yo.
Sigo almorzado… rumiando la noticia. Llego a la conclusión de que el orden se ha invertido: los niños se convierten en adultos y éstos en eternos adolescentes. No sé hasta qué punto esto es negativo o positivo. Lo que sí me queda claro es que sendas posturas son pornográficas [en un sentido amplio].
Tan indecoroso me resulta un niño que quiera parecer un adulto como ridícula una persona madura que quiera semejarse a un adolescente.
Y es que la idea de pudor ya no tiene cabida en la mentalidad moderna.
Alostasis's Blog 
emigrantebruce said
¡Bienvenidos a la actual sociedad consumista moderna! … donde podrás adquirir por un módico precio cualquier tipo de aberración a cada cual más innecesaria, absurda o nociva 😛 De locos, por suerte la gente empieza a abrir los ojos.
J. J. Izquierdo said
¡Emigrante gracias por darme esa bienvenida tan calurosa! Gracias también por interactuar con este humilde blog.
Un saludo.
miralarima said
Resulta muy divertido
y es bastante habitual
ver a los niños vestidos
con ropa muy similar
a la que usan los adultos.
Es vendida sin parar
y comprada muy agusto
por los papás y mamás
porque los ven, y me incluyo,
de lo más original
y no vestidos de antiguos
cual un infante real.
Pero no se ha de olvidar
que ellos siguen siendo niños
y deben serlo además.
¿Cómo se les ha ocurrido
fabricar un bañador
con un relleno metido
que haga su pecho mayor
a niñas de siete añitos?
Ya puestos en la faena
podían haber caído
en venderles ¿por que no?
unos tangas a las niñas
para bajo el pantalón,
que así van mejor vestidas
por si surge la ocasión…
Y los padres ¿lo compraban?
es lo que pregunto yo,
porque ya es lo que faltaba
para quedar sin palabras
y casi incluso sin voz.
J. J. Izquierdo said
Hola miralarima,
entiendo que pueda resultar divertido a los padres vestir a sus hijos como a personas mayores, siempre y cuando sea una cosa puntual o anecdótica. Ni hay que vestirlos como infantes ni como treintañeros. Cada edad tiene su estética, en función del buen gusto. Ya sabemos que el relativismo con respecto al gusto es algo más que aceptado en nuestra sociedad.
Yo creo que los niños son niños. Ni proyectos de personas mayores ni revisitaciones estéticas del infantado real.
Muchas gracias por dejar tu comentario. Un saludo.